Los sofás de palets han tomado protagonismo en el mobiliario exterior. Sea al estilo merendero o con aires chill out en terrazas, azoteas o jardines con piscina, su estética y posibilidades cada vez convencen más.
Pero, ¿por qué no aprovechar sus características también en interiores? Hay suficientes motivos para convencerse, así que los repasamos.
De lo rústico a lo clásico
El mueble se puede dejar en su color natural, aplicando solo el tratamiento antiparásitos de rigor y un buen barniz. Con ello, se puede dar una aire rústico a la estancia.
Sin embargo, eligiendo colores navy con algunos tonos de rojo se le puede dar un toque marinero. Y pintándolo en negro para combinar con cojines en blanco, optaremos por un estilo clásico.
La versatilidad estética, en definitiva, está asegurada.
Dos en uno
Los sofás de palets tienen muchas posibilidades de configuración. Se puede fabricar uno sencillo, de tipo rinconera para encajar en una esquina o a modo de banco, sin respaldo.
También se puede alargar uno de los extremos para tumbarse, o se puede configurar como sofá-cama de palets para acoger visitas.
Buen manejo asegurado
La instalación de ruedas hará al sofá de palets ganar posibilidades, más aún si va a tener varios usos como sucedería con el sofá-cama. Y es que, aunque esté pensado para uno solo y vaya a permanecer fijo, siempre habrá que moverlo para limpiar la zona, una tarea que las ruedas facilitarán mucho.
Más almacenamiento
Otra de las ventajas del sofá de palets es su capacidad de almacenamiento. Las baldas de madera que van quedando debajo permiten colocar libros para tenerlos a la mano, entre otros artículos. Hay quien deja hueco por detrás para poner macetas, un verdor natural que siempre se agradece en el hogar.
Con todo, los sofás de palets no solo son una excelente opción para los exteriores, sino también para el salón o la sala de lectura. Por eso convencen cada vez más a clientes en un rango de edad amplio.