La fruta y verdura, y por extensión otros productos de carácter perecedero, deben ser correctamente protegidos en sus desplazamientos logísticos. En este sentido, es importante incorporar en el proceso de transporte el mejor embalaje tanto interno como externo.
Hoy os mostramos las particularidades de los palots para fruta y verdura de madera y cartón y por qué se usan tanto estos embalajes en el transporte de mercancías.
Palots de cartón
Con este tipo de embalajes se desplazan frutas y verduras a granel. Estos palots están elaborados a partir de cartón ondulado que asegura la integridad de la carga en los desplazamientos debido a su resistencia. Para poder ser utilizados deben responder fielmente a la normativa vigente en seguridad e higiene alimentaria. Dependiendo de las capas de cartón: cuádruple, quíntuple o séxtuple, el palot puede soportar hasta 10.000 kilogramos de peso.
Entre sus ventajas principales destaca su mayor ligereza frente a los palots de madera, la posibilidad de fabricar estos embalajes a medida, su resistencia que impide deformaciones y su capacidad de reciclaje íntegra. Asimismo, a la hora de la entrega, esta se hace con el palot en plano, lo que facilita su almacenaje.
Como inconvenientes principales aparecen el menor grado de rigidez que los paltos para fruta y verdura de madera, la baja resistencia a fuertes impactos y el todavía bajo grado de conocimiento entre muchos usuarios.
Palots de madera
Los palots de madera se originan como respuesta a los palets tradicionales a los cuales se les incluye paredes laterales verticales. Son más habituales que los palots de cartón pero su uso debe estar regulado por un tratamiento fitosanitario, la normativa NIMF-15, Normativa Internacional para Medidas Fitosanitarias Nº15, para controlar la propagación de plagas a través de este material, especialmente insectos.
Como ventajas principales aparece la mayor resistencia de la madera frente a impactos de alta intensidad, su mayor presencia en el mercado porque responde a medidas estandarizadas, la presencia de cantos redondeados en el interior para acomodar mejor los alimentos y la posibilidad de incluir refuerzos para que el palot gane en estabilidad.
Los inconvenientes más reseñables son su peso elevado, aproximadamente 23 kilogramos, y el mencionado tratamiento fitosanitario. Estos palots pueden almacenar más peso que los de cartón, pero su visualización es menos legible.
Ambos embalajes presentan ventajas e inconvenientes, de modo que su uso va a depender de condicionantes como la fragilidad de la carga y el tipo de transporte entre otros.